martes, 14 de febrero de 2012

Vivir como hamsters (reflexión)


A lo largo de la vida parece que no sólo nos morimos un poco cada día sino que nos empeñamos en ir encerrándonos para dejar de ser libres. Si desde la infancia nos atemorizan con "eso no se hace" pensamos que cuando seamos "mayores" podremos hacer lo que queramos en todo momento. Nada más lejos de la realidad. Cada paso que das hacia eso que llaman "estabilidad" es una nueva pared de metacrilato, un nuevo barrote a tu jaula. Mira, si no piensas así, a tu alrededor y dime si puedes hacer realmente lo que te da la gana o bien tu trabajo, tu imagen pública, tu rutina, tu pareja, tu familia y el qué dirán te lo impide. Por eso resulta tan útil saber dónde estamos. Jamás hemos de perder el norte. No ganamos nada pero al menos no nos engañan. Estamos metidos en nuestro casillero desde que nacemos, a nadie le interesa que cambie nuestra situación y la libertad para tener una vida mejor siempre se compra con el dinero que manejan unos pocos. Somos hamsters que en vez de pipas nos comemos nuestros sueños que jamás haremos realidad. Somos mascotas de otros. Jamás viviremos nuestra vida en libertad. Corre.

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